Encontrando el balance
Mi concepto de estilo de vida ha variado con el transcurso de los años porque ha dependido del ambiente, las personas y del desarrollo personal del momento. Desde la pandemia y la obligación de quedarse por más de cinco meses en confinación, descubrí que la esencia de mis rutinas debían de cambiar, ya que seguía priorizando mi físico y el deporte como antes, pero la falta de relación y contacto humano más allá de una pantalla me llevó a la necesidad de prestarle más atención a mi parte emocional y mental.
Probé muchas cosas, tomar jugos verdes en las mañanas, hacer yogurt con granola, café con crema, meditar, ejercicios, estiramientos, cremas para el cabello, cualquier cosa que veía en las redes sociales para poder buscar algo que me distrajese y que me sirviera para poder crear mi propio estilo de vida.
Le di el tiempo y atención necesaria a las cosas que me gustan y me permití el cambio constante, ya sea de productos, de actividades o de personas y ambientes. Sigue existiendo cierta rutina, como aplicar en las noches mascarilla para la piel, caminar parques y poder respirar aire puro, tomar al menos dos fotos al día o tomarme un té para dormir, pero siempre dejando que cada día fluya y que no se vuelva una obligación, sino algo que disfrute y que me anime para seguir haciéndolo.
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