Si hay un caso impactante acerca del manejo del estilo de vida, definitivamente es el del popular “Zyzz”. Se trata Aziz Sergeyevich Shavershian, un joven ruso de origen australiano cuyo legado ha repercutido en la vida de muchos.
Su historia no comenzó de manera excepcional; era un muchacho común. Disfrutaba de actividades no muy enriquecedoras como jugar videojuegos en su habitación. Según comenta, siempre había sido referido como el “niño flaco” y no se sentía cómodo con su cuerpo así que decidió darle un giro de 360º a su estilo de vida. Apenas culminó la secundaria, se inscribió a un gimnasio y comenzó a recopilar información sobre nutrición y entrenamiento, lo que posteriormente vivificaría su interés por el fisicoculturismo. Dedicaba varias horas de su vida al gimnasio y poco a poco fue logrando e incluso superando sus objetivos. A la par, documentó su proceso en la plataforma YouTube en la que sus rutinas de entrenamiento y contenido inspirador le hizo ganar seguidores rápidamente. No satisfecho con eso, Shavershian quiso incursionar en el mundo del negocio del fitness y para junio del 2011 ya había lanzado su propia marca de proteínas llamada “Protein of the Gods”, como también una línea de ropa de deporte con el nombre de “Bodybuilding Bible”. Todo parecía andar perfectamente. Sin embargo falleció en 2011 a causa de un paro cardíaco producido, aunque no está confirmado, por el uso de sustancias anabólicas e ilícitas.
Su historia es trascendente puesto que Zyzz había conseguido el éxito por donde se vea, y es precisamente lo que no se ve lo que andaba mal con él. Haber llegado a la cima tan de prisa, cambió su mundo como lo conocía y es razonable suponer que descuidó por completo su salud mental. Esto solo demuestra lo importante que es encontrar un balance ya que tanto la salud física como mental son imprescindibles entre sí para alcanzar el bienestar pleno.
Valeria Benavides
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